sábado, 6 de noviembre de 2010

Independiente festejó en un final angustiante

El rojinegro se aferró anoche a su segunda victoria de la temporada, imponiéndose a Huracán de Trelew por un ajustado 80-78, anoche en el Duggan Martignoni.
Debiendo atravesar un sufrimiento ya habitual en sus presentaciones, Independiente consiguió anoche en el Duggan Martignoni su segunda victoria en la temporada 2010/11 de la Liga Nacional B de básquetbol, prevaleciendo por 80-78 a Huracán de Trelew, en uno de los juegos de la segunda fecha de la Zona Sur.
La escuadra que dirige Carlos Zulberti comandó el score durante casi todo el desarrollo, aunque le resultó imposible dibujar una diferencia definitiva ante un adversario que nunca perdió la línea y a punto estuvo de retirarse victorioso del rectángulo tandilense.
A diferencia de lo que había sido su debut, el dueño de casa estableció una ventaja favorable apenas iniciado el encuentro.
A través de una ofensiva bien distribuida, el ganador se distanció 12-4, obteniendo el primer margen de consideración cuando aún no se habían consumido los primeros 3 minutos.
Huracán mostraba, a esa altura, cierta tranquilidad para rotar el balón pero fallaba en la definición en cercanías del cesto. Leandro Lauro consiguió llevar a la pintura a Hartstock y así extraerle un par de faltas personales, pero sin terminar de capitalizar ese tipo de acciones, y Martín Aguirrezabala nunca terminó de insertarse en la ofensiva.
El protagonismo de Trímboli, quien anotó sus 5 puntos de la noche en ese cuarto abridor, y los primeros destellos de un Andrizzi anoche otra vez brillante también fueron factores que contribuyeron para que los tandilenses se fueran en ventaja al primer descanso. Los patagónicos comenzaban a disfrutar el desequilibrio de Javier Cáceres, quien anotando desde distintos sectores dejó a tiro a un equipo que podría haber escrito una historia distinta en esos primeros 10’ de no mediar su magra eficacia en tiros libres (elevándola hasta un decoroso 82% global en el resto de la noche).
Ratificando su amplia diversidad de variantes, el rojinegro se sustentó en los chispazos de Leandro Mateo y Lisandro Caniza para alcanzar, en el tramo epilogante del segundo parcial, su máxima diferencia de la noche (46-35), terminada de edificar con un triple a 45º de Hartstock.
Para que se esboce ese acentuado desnivel, también fue determinante la sequía que atravesó Cáceres, autor de apenas 2 puntos en ese capítulo, tras aportar 10 en el primero.
La tendencia comenzaba a comunicarle a Independiente que viviría un entretiempo placentero, aunque una pérdida fatal a segundos del epílogo le permitió a Jorge Sánchez definir en bandeja y achicar el margen en los guarismos de cara al complemento (46-39).
Ya en la segunda mitad, el panorama comenzó a oscurecerse para el dueño de casa. Lauro se dedicó a tomar decisiones por sus propios medios y así vivió su pasaje más próspero de la noche, liderando un parcial de 8-0 que catapultó a los chubutenses a tener por primera vez la delantera (50-51).
Fue el tramo más aciago en ataque para Independiente, que a falta de 2’50” para el cierre del cuarto apenas contaba con 6 puntos de Mateo.
En pos de revertir la historia, Romano absorbió protagonismo en la ofensiva rojinegra y mostró, en igual proporción, determinación para atacar el canasto y dificultades para finiquitar sus acciones.
Huracán se colocó definitivamente en juego y el partido comenzó a entregar indicios de que adoptaría un desenlace emotivo.
Y fue así. Los 10’ finales comenzaron en absoluta paridad. Una luz de alarma se encendió entre los locales cuando Huracán se distanció a 6 puntos (62-68).
Como hasta ese momento la visita no se había mostrado sólida desde más allá de los 6,75, Zulberti se la jugó con una zona para cerrar el pleito, pero a medida que cayeron los bombazos esa postura defensiva perdió confiabilidad. Fue entonces que el entrenador rojinegro ordenó una presión de cancha entera, a sabiendas de que el margen de error se volvía cada vez más pequeño.
Como es habitual, del otro lado fue Andrizzi el estandarte a la hora de resolver las ofensivas. Y el ex Lanús no desentonó, volviendo a mostrar que está moldeado para ese tipo de situaciones. De sus 20 de la noche, 11 llegaron en el último cuarto, terminando de erigirse en el hombre del juego.
Para asegurar la victoria, Independiente debió pasar por la línea de tiros libres, desde donde fallaron el propio Andrizzi y Mateo, déficit que mantuvo el suspenso hasta el cierre. Un doble abajo, Huracán tuvo su última chance pero la urgencia a la que lo sometía el reloj y la presión defensiva rojinegra le hizo perder el balón.
Así se desató la fiesta rojinegra, señal inequívoca de un enorme desahogo por un triunfo esta vez mucho más trabajoso que el del debut, cinco días antes.
Síntesis
Independiente de Tandil (80): Emmanuel Hartstock 5, Juan Manuel Ruiz 12, Valerio Andrizzi 20, Martín Trímboli 5 y Leandro Mateo 20 (f.i.) Lisandro Caniza Singh 6, Guillermo Rausch 3, Bruno Romano 4 y Alejandro Arca 5. DT: Carlos Zulberti.
Huracán de Trelew (78): Javier Cáceres 22 (x), Leandro Lauro 11 (x), Jorge Sánchez 15, Martín Aguirrezabala 2 y Alejandro Pappalardi 14 (f.i.) Lionel Sola 10, Gustavo Maranguello 4, Alejandro Ivetich 0, Ramiro Heinrich 0. DT: Maximiliano Rubio.
Parciales: 22-19, 46-39 y 59-59.
Arbitros: Dora Vanesa Rodríguez y Martín Ignacio Ibañez.
Estadio: Duggan Martignoni.

Fuente: www.eleco.com.ar

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