sábado, 13 de noviembre de 2010

Ciclotimia

El título de esta nota era “Cruce Místico”, y describiría la importancia que tiene la localía para Rosario Central en la Liga B, lo que le permitió en las últimas campañas forjar una comunión con su público y sumar victorias que resultaron clave para conseguir los objetivos trazados, al menos algunos. En eso andaba la cabeza del periodista, avizorando cómo redactar un partido definido de antemano, con veinte puntos de diferencia a favor de un equipo canalla que la rompía ante un rival pobre, o eso parecía.
Algo similar debía pasar en la mente de los jugadores, porque Central se relajó a tal punto que los minutos finales fueron de nervio y zozobra. Tras una cara positiva se vio un rostro negro de equipo desdibujado. Estuvo cerca de ser una reacción inolvidable para Tomás de Rocamora, pero al menos los locales tuvieron la muñeca para definirlo.
Desde el salto inicial los canallas fueron más, con Diego Crocce (se infiltró para el partido) y Piuma haciendo daño en la zona pintada y Maxi Ríos activo para aprovechar los pases de La Bella (errático en los lanzamientos pero muy dispuesto al despliegue) y sacar una ventaja. La visita sólo descontó gracias a las apariciones de Domínguez para volcarla con fiereza y algún esporádico tiro de Salvarredy.
A los locales le costaba ganar el rebote en su zona, pero la buena puntería desde lejos le bastaba para superar a un elenco entrerriano que recambió mucho y nunca encontró soluciones. El único punto en contra fue que Piuma se cargó de faltas y hasta le cobraron un técnico (el mismo juez que lo echó en el amistoso ante Brown). Pero igual la brecha se agrandó y en el tercer período llegó a ser de 20 puntos- 68 a 48- con buena defensa, Crocce brillante y Ríos perfecto (6 de 6 hasta ese momento) en triples. Algunas situaciones hasta fueron lujosas, mostrando incluso un buen movimiento de pelota y el pase extra, algo que no siempre le sale bien a este equipo repleto de tiradores y con bases que gustan de tener la bola (o quizás que saben que deben buscar la mejor opción porque difícilmente la pelota les llegue otra vez) hasta dar un pase de gol.
Lo cierto es que el juego parecía liquidado. Así lo veía la gente, y así lo deben haber creído los jugadores de Central. Llegó un relax en defensa, llegó un momento de confusión en ataque y Rocamora empezó poco a poco a descontar con un Salvarredy intratable que le sacaba varios centímetros a todos sus marcadores. Piuma volvió mal, Ríos no recibió juego, la distancia se fue cerrando y llegó a ser sólo de tres, pero La Bella y Piuma lo liquidaron en la línea de libres.
Y Central ganó. Todavía sin solidez y mostrando dos caras. Pero ganó y eso por ahora alcanza en la previa del duelo ante Sport.
Eso sí, el título quedará guardado para otra ocasión.
Síntesis
Rosario Central (82):
Leonardo La Bella 7, Facundo Núñez 3, Maximiliano Ríos 22, Marcelo Piuma 8, Diego Crocce 20 (f.i.) Diego Abaca 3, Gustavo Bronzino 6, Juan Pablo Lupo 3, Sebastián Garnero 2, Mariano Allegranza 6, Damián Camejo 2. DT: Hugo Juan.
Tomás de Rocamora (78): Jorge Chahab 0, Adolfo García Barros 10, Federico Salvarredy 30, Mauro Sierra 8, Emilio Domínguez 10 (f.i.) Agustín Richard 4, Horacio Rigada 2, Abel Pascual 0, Franco Antonellini 5, Matías Novello 9, Agustín Aguirre 0. DT: Martín Amden.
Parciales: 21/17, 40/33 y 69/53.
Árbitros: Alejandro Araujo y Jorge Puyol.
Estadio: Cruce Alberdi.

Fuente: www.basquetrosario.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario